viernes, 26 de noviembre de 2010

La isla de las tentaciones

Mas feliz que un regaliz
En la bahia de Halong miles de islotes de miles de formas y tamanyos surgen del agua ofreciendo un espectaculo de belleza suprema. Es dificil permanecer impasible mientras, surcando las tranquilas aguas de color verde turquesa y virgenes playas, te ves rodeado por un bosque de piedra. El dia es nublado y la sensacion de estar en otro mundo se acentua, todo se convierte en irreal. Por momentos parece que los pesados islotes de roca caliza flotaran sobre el mar como caparazones de tortugas milenarias... Pero la magia no dura eternamente y alli se rompio cuando el chico de una pareja de vietnamitas recien casados, que tambien venian en el barco, se puso a vomitar.

Ballenas de piedra
Desde que planeamos conocer Vietnam, Halong aparecia como visita obligada, por eso contratamos un dia de crucero recorriendo este turistico y maravilloso enclave. El invierno en el norte de Vietnam es fresco y nos recibe en la cubierta del barco. A pesar del frio no renunciamos a una excursion en kayac para tratar de encontrar unas cuevas que supuestamente hay por la zona. Lo unico que encontramos es un puente de roca que atravesamos y nos conduce al interior de una laguna. Dentro solo se oyen los pajaros y unos cuantos monos que chillan y arman alboroto.

Pablo haciendo amigos  III

De regreso al barco nos damos cuenta que falta uno de los kayacs por volver: de nuevo la pareja de vietnamitas! El barco zarpa en su busca hasta que los encontramos tan felices remando en circulos sobre si mismos.
Tras la comida a bordo viene el tiempo para bucear, pero nadie se siente con ganas de enfrentarse al frio y vamos directamente a visitar una enorme cueva con capacidad en su interior para albergar una catedral. Lo mejor son las vistas que proporciona desde un mirador: la tipica imagen de postal sobre la bahia.
Antes de regresar a tierra, aun hay tiempo para conocer la vida de los granjeros de mar: peces y ostras son cultivados en numerosas piscifactorias que son autenticos campamentos flotantes. Alli viven sobre bidones y maderas, y alli tienen su vida. Tiestos con plantas, perros, guitarras, canarios, gallinas...
Escribe cuando llegues!
La vuelta a la isla de campamento base, durante la puesta de sol es de luna de miel, pero los vietnamitas recien casados caen rendidos y se la pierden mientras duermen.
No podemos abandonar este paraiso de roca sin explorar su vertiente mas vertical, y la manyana siguiente la dedicamos a desempolvar los brazos y enfilarnos por las vias de escalda.
Nos vamos con prisa a coger un tren (directos a las montanyas del norte), pero con la sensacion de haber podido permanecer en esta isla mucho mas tiempo.

PiA

1 comentario:

Unknown dijo...

aubeta i pablo! hem rebut la vostra postal... quina ilu!!!
us acabo d'escriure un mail...
muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa