Todo el ganado a punto para la gran aventura. |
Prontito por la manyana, nos levantamos y nos recogen, uno por uno, a todos los guiris en nuestros respectivos alojamientos hasta formar un variopinto grupo de 2 espanyoles, 4 ingleses, 2 americanos y 2 holandeses (si, parece un chiste). Todo ello, mas un guia local: un joven modernito camboyano muy simpatico pero que hablaba su buen ingles entre susurros, lo que provocaba que no entendieramos nada, por eso nos limitabamos a sonreir y afirmar con la cabeza cuando hacia una pausa.
El escenario perfecto para una pelicula de miedo |
Donde esta mowgli?? |
Al final llegamos a la Estacion de Montanya: un complejo de edificios semiderruidos, herencia de la epoca de dominio frances. Los edificios coloniales fueron construidos con la idea de hacer una estacion turistica. Un hotel-casino, una iglesia, una oficina postal... No llegaron a utilizarse durante mucho tiempo, ya que la presencia francesa en camboya acabo y los edificios se abandonaron a su suerte. Mas tarde, durante la invasion vietnamita que puso fin al regimen de los jemeres rojos, la estacion resurgio para convertirse en escenario de intensas batallas, para volver a olvidarse despues.
Pablo haciendo amigos II |
Para rematar el dia, hicimos un crucerito de un par de horas por el rio, para ver la puesta de sol. El paisaje era inesperadamente precioso, navegando entre un ancho canal bordeado por manglares, algun templo dorado y edificios coloniales que surgian del verde como fantasmas de otra epoca.
Asi acabamos nuestra estancia en Kampot, un parentesis al bullicio que se vive en las principales ciudades de Camboya que nos deja un fantastico sabor de boca.
PiA
1 comentario:
guapos guapos guapos...estais estupendos con todos esos lujos...pablo, el sombrero te queda estupendo!!! os quiero amores!!! **********
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