sábado, 30 de octubre de 2010

Cuando calienta el sol....

Feliz de tocar agua salada

Me tiro o no me tiro...

Que no falte de ná!
Tras días de campos, bosques, montanyas, navegando por ríos y visitando pueblos, pateando ciudades, hemos llegado a la costa.
Cuando hemos visto el mar, nos hemos emocionado como dos chavales que vislumbran la inmensidad del océano por vez primera. Pronto hemos corrido al primer hostal que hemos visto y nos hemos quedado en el primer bungalow que nos han mostrado, sin regatear. Normalmente nos gusta comparar 2 o 3 sitios. La verdad es que 8 dólares por una cabanya de madera en la mismísima arena de la playa, tampoco está nada mal. Sin deshacer las mochilas ya teníamos a una vendedoras de fruta encima a las que compramos una pinya y 2 mangos que nos prepararon al momento: la fruta más dulce y jugosa jamás probada (ahora sabemos por qué Eva se equivocó al morder la manzana: broma de Pablo). Pero como la felicidad no dura eternamente, los truenos nos anunciaron la llegada de la tormenta, que no se hizo mucho de rogar. Pero en nuestro estado, cercano al nirvana, nos importó muy poco. Incluso, nos encantó disfrutar de la tormenta sobre el mar desde el porche de nuestro bungalow mientras nos acordábamos de las muchas tormentas que nos han cazado en medio de la carretera, subidos a la bici o la moto. En medio de la tormenta, no reprimimos el impulso de banyarnos, y pronto saltamos hacia el agua para disfrutar del contraste de la lluvia con las cálidas aguas Camboyanas. Luego una ducha con agua sospechosamente verde (no todo puede ser perfecto).

sdf,md.bgf


Ese día, la atmósfera estaba muy inquieta, y mientras cenábamos y desafiábamos a la gente del hostal con unas partidas de billar, los relámpagos no paraban de iluminarnos como si fueran fuegos artificiales. Mas tarde,  desde la cama, escuchábamos las olas romper a escasos metros de nosotros… hasta que llovió de nuevo, para amanecer un día perfecto.


Momento de inspiracion
En total estuvimos 2 días (aún tenemos mucho por conocer y no queremos dormirnos). Días para pasear, recoger corales y tesoros, banyarnos, hacernos masajes (1 hora por algo menos de 4 euros), espiar a los peces, tomar el sol (pasatiempo preferido de Auba), volver a pasear, esquivar a las venderas de fruta y pulseras, explorar islas vírgenes, contemplar puestas de sol, navegar en barquitas de madera con menos estabilidad que una cáscara de nuez, llenar el estómago con parrilladas de marisco, pescadito, y muuucha arena blanca, aguas azules con cocos flotando recien caídos, calor y sal. Todos los lujos , pero sin lujos.

PiA

4 comentarios:

marilena dijo...

fei-vos un massatget pensant amb jo que me fan mal tots els ossos! MUAS

Anónimo dijo...

Disfrutau es solete,aquí ja ve sa plujeta, i s'acaba s'escalada,sa platja,etc...Encara que ja veig que no vos privau de res!!
Forta abraçada!Auba,t'anyor!

Unknown dijo...

uau...quina platgeta.... des d'aquí, amb una mica de febreta i tapada amb la manta vaig seguint les vostres aventures! quin contrast... aquí ja fa fred, ja han arribat els encostipats i ahir vam menjar els panellets! muaaaaaaaaaaaaa!

paula dijo...

Queridos Auba y Pablo,
bella y simpática pareja, que conozco vuestro amor desde sus inicios...y siempre me habéis encantado juntitos, lo sabéis!
Sólo deciros que sigo todas vuestras aventuras con profunda envidia y admiración. Me encanta lo que estáis haciendo!! espero poder hacerlo yo algún día para poder vivir tantas maravillas...las sorpresas de la vida...el aprendizaje de los viajes...os mando un abrazo grande, cuando volváis iré a veros a Mallorca, os lo prometo!!!!
os quiero mucho guapos, a seguir asi disfrutando de cada momento, un besazo enorme,
Paula.