domingo, 20 de julio de 2014

Sushi & swing

Los peces  también tienen sangre
Dicen que el mejor sushi del mundo se come en el mercado de pescado de Tsukiyi, y eso, no nos lo podíamos perder. Sabíamos que Japón es el mayor consumidor de pescado por habitante del mundo e imaginábamos que la lonja de la capital debía ser bastante impresionante, pero en ningún momento podíamos sospechar lo que vimos la mañana de ayer. Y es que el mercado que abastece de pescado a la ciudad más poblada del mundo debía tener dimensiones mundiales. 
Imaginad todas las pescaderías de España reunidos en un recinto, donde por los pasillos circulan carretillas eléctricas a toda velocidad y se amontonan las cajas de plástico, barreños, acuarios con peces vivos, bolsas de plástico con pulpos dentro moviéndose, atunes gigantes por los suelos y mangueras que limpian la sangre del suelo y salpican por igual a género y visitantes.
Curiosamente la vorágine de actividad te deja paralizado mientras un caos perfectamente organizado te hace poner esa estúpida cara de turista embobado sosteniendo una cámara de fotos a punto de ser atropellado por una carretilla transportadora.
¿Qué quieres desayunar? ¡Pescado crudo y nada más!

Tras perdernos entre los puestos y aprender lecciones de biología marina acelerada con las especies que sólo antes habíamos visto en documentales de la 2 nos dirigimos a probar el tan famoso pescado crudo. Para ello, nos sentamos en una de las tascas que abarrotan los alrededores del mercado y nos tomamos la mejor sopa de miso y el mejor sushi de nuestra existencia. Las comparaciones son odiosas, lo sabemos, pero a partir de ahora, cada vez que tomemos sushi, inevitablemente tendremos en la cabeza esta experiencia gastronómica como referente.
Pero los días dan para mucho, quita tras turistear por la ciudad nos fuimos al hotel a darnos una ducha y cambiarnos de ropa porque teníamos un evento nocturno que acudir. Habíamos oído que en Tokio se bailaba swing y teníamos unas ganas locas de conocer el "frame" nipón.
Como aún no tenemos foto del swing.... Ponemos esta, que es chula.
Gracias a las redes sociales contactamos con Yusuke, un japonés profesor de lindy hop que tocaba en directo esta noche. Así que, ni cortos ni perezosos, nos dirigimos allá. El local era, cuanto menos, curioso: sin saber exactamente por qué, estaba ambientado con lianas de plantas enredaderas, telas de estampado de leopardo colgadas del techo, calaveras por las paredes y luces verdes. Parecía que íbamos a la jungla o de Safari. Pero afortunadamente la decoración simplemente era otro intento japonés de buscar la alteridad y parecer sofisticado.
Al llegar había cinco parejas recibiendo una clase de Yusuque y pronto empezó el concierto. Las condiciones (lianas de por medio incluidas) no eran las ideales para bailar, pero pudimos hacerlo durante un par de horas en las cuales conocimos gente muy divertida. Tuvimos la suerte de conocer a un chico de padre español que estudia en Tokio, que nos introdujo un poco y resolvió nuestras curiosidades más vitales al respecto del comportamiento japonés. En resumen, una jornada intensa y enriquecedora para despedirnos (de momento) de este universo de dulces y asfalto.
PiA

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