viernes, 10 de diciembre de 2010

Lo que nunca se dijo

Tic, tac, tic, tac...
El reloj avanza a ritmo implacable. Siempre lo hace.
Sólo nos quedan 9 h de tute por Bangkok antes de tener que estar en el aeropuerto. Tiempo para reflexionar echando la vista atrás, mirando y rebuscando entre la memoria las estampas más vibrantes de nuestro viaje. Algunas más divertidas y algunas menos agradables.
Durante el tiempo que llevamos con esta mochila a la espalda, hemos tratado en todo momento de ser honestos, de explicar nuestras vivencias a todos vosotros. Sin asustar a la familia ni aburrir a los amigos. De mostrar a los voyeurs que abren bolsillos de la mochila a hurtadillas e informar a los aventureros que planeen una excursión por esta zona. Todo lo que hemos publicado es real. La realidad que hemos vivido. Pero no hemos explicado la realidad al completo. Hemos preferido no mostrar aquello que pudiera preocupar a las madres o dar una imagen equivocada para evitar disgustos innecesarios.

AVISO: la información que a continuación se revela no son desgracias, son anécdotas obligadas en cualquier viaje que se precie. En cualquier caso, siempre han tenido final feliz.

  • Nos caemos con la moto en Laos... 2 veces! Dos caídas chorras en tres días. Solo Pablo (que conduce) sale lastimado: rozaduras, quemaduras, una fisurilla en la costilla y sangre. Todo se resuelve con cariño, betadine y unas gasas. La sangre y el calor afectan a Auba, que se marea y casi se desmaya en plena carretera.
  • Pablo nota un picorcillo en el pie. Cuando finalmente se lo mira tiene adherida a la piel... una sanguijuela! Estos incordiosos parásitos son muy comunes en Laos. Ahora ya sabemos como eliminarlos sin riesgo de infección, pero en aquel momento hicimos todo lo necesario para que se infectara.
  • El bus en el que viajamos atropella un motorista en Camboya. Esto fue mucho mas serio y desagradable. Lo peor fue ver la lentitud e ineficacia de los servicios de emergencia camboyanos. El bus quedo requisado y el conductor detenido. Sobre el motorista no sabemos nada.
  • La mendicación para la malaria nos produce ligeras molestias: durante un mes Pablo acude a su cita con el sanitario algo "sueltecillo". Auba solo tiene problemas de visión los primeros días.
  • Tocamos fondo cuando pasamos una semana con severas molestias gastrointestinales: diarreas, vómitos, flatulencias, mareos, nauseas, anorexia. Por mas pastillas y suero que tomamos nada se arregla. Al final nos informamos sobre los pasibles parásitos intestinales, nos autodiagnosticamos y nos autotratamos. Tras una semanita de antibiótico estamos como nuevos (y muy delgaditos). Por cierto, el bicho se llamaba: Giardia.
  • Auba descuida su bolso (dinero, cámara, y lo peor el pasaporte!) en el minibus de linea. Cuando nos damos cuenta, el bus ya no se encuentra en la ciudad. En Laos no hay embajada española y sin pasaporte no podemos salir del país! Ante la desaparición y los nervios, empezamos la búsqueda y la persecución de la furgonetilla  (nos preguntamos todavía como). Gracias a un tuc-tuquero y todos sus colegas compinchados después de dos horas y por el módico precio de 20 euros, recuperamos el bolso y todos sus valores a 20 km de la ciudad. Increíble pero cierto!!
  • Los mosquitos nos acribillan hasta que menos de 10 picaduras al día sean pocas, las picadas se vuelven indefinidas. Mosquiteras, repelentes, pulseras, vitaminas, espirales... La voracidad del mosquito asiático lo puede todo.
  • En mas de una ocasión hubiéramos querido estar uno en la Conchinchina y otro en Argentina, 3 meses intensivos, 24 hrs seguidas no son buenas para ninguna persona humana.
  • Se nos calan las mochilas en el maletero de los buses por las inundaciones. Mas de dos veces pasamos por charcos que casi llegan hasta el conductor y luego hay que poner todo a lavar y a secar.
  • Nos atrevemos a coger mototaxis por Camboya y Vietnam. Conductores kamikazes, motos chatarras y sin casco, por supuesto. A veces, por no separarnos (y luego no encontrarnos, que también nos ha pasado), probamos yendo juntos: Auba, Pablo, el conductor, todas las mochilas, todos los baches y una sola moto!
  • Conocemos en primera persona y de cerca el water turco, las duchas encharcadas y llenas de moho, el agua marrón del grifo, y las cucarachas.
  • Nos resignamos en los vehículos que adelantan sin visión, circulan a demasiada velocidad y se saltan los semáforos (si es que los hay). Echamos de menos los cinturones y no dejamos de rogar.
Es algo de lo que nos acordamos. En su momento nos afecto, pero ahora sonreímos al recordarlo como anécdotas.
Sentimos no poder acompañarlo con fotos porque (por ahora, esperamos poder recuperarlas), hemos perdido gran parte de las fotos! Malditas tecnologías!

Tic, tac, tic, tac...

PiA

martes, 7 de diciembre de 2010

En busca del sol perdido

Si sale el sol nos quedamos
Nuestro tiempo en Vietnam se agota y decidimos buscar el dulce sol de invierno para nuestro ultimos dias de viaje. Para ello volamos al sur de Tailandia, concretamente a Railay: peninsula incomunicada por majestuosas paredes karsticas (sobradamente conocidas por los amantes de la escalada), y a la cual solo se accede por mar. Nos destinamos alli con la intencion de estar 2 o 3 dias absorbiendo rayos solares, calor, y demas actividades playeras, para luego seguir nuestro camino rumbo a Bangkok.
Naufrago superviviente del tsunami
Pero el tiempo tiene otros planes y topamos con la unica semana de nubes de toda la temporada seca. Vamos alargando nuestra estancia con la esperanza de que el tiempo mejore, pero cualquier cambio es a peor. Casi sin percatarnos y algo cansados de dar tumbos, consumimos toda la semana sin movernos de aqui. Poco a poco nos contagiamos del ritmo aletargado y los dias se suceden a una velocidad vertiginosa sin saber a ciencia cierta en que empleamos el tiempo. A veces tenemos que preguntar la hora porque no podemos creer que la manecilla de nuestro reloj avance tan deprisa.



Grupo confirmado para el SOS'11
En realidad hemos aprovechado mucho el tiempo: inmersiones en Kho Phi Phi buscando escurridizos tiburones y tortugas, excursiones en kayac sortendo medusas enormes, buceos desde la costa en busca de arrecifes, paseos por la jungla espiando a los monos y evitando aranyas y serpientes. Hemos peinado la costa recopilando esqueletos de corales, comparado calidades de agua y tipos de arena en las diferentes playas, trepado por las paredes de roca y los canyones de barro en busca de lagunas interiores, espantado muchos mosquitos y aliviado mas picaduras, esquivado cocos asesinos, conocido mucha gente e intimado con poca (haremos mencion del Joe y el Cholo (lo prometido es deuda) ), juntos se nos ha hecho de noche tomando cervezas y de dia desayunando.

El chiri-barco es una
buena idea para importar
En la peninsula de Railay se respira un ambiente muy relajado. Mucha gente llega sola pero enseguida se une formando grupos. La mayoria son gente joven que acude bajo el reclamo de las paredes. No hay atisbo de guiris borrachos ni turismo de masas. Los locales tienen mas parecido a los jamaicanos que a los Thai (quizas demasiado). En 2 dias todo el mundo te suena y en 4 ya te sabes la vida de casi todos. Aqui no hay fruterias ni tiendas de ropa. Solo restaurantes de arroz y fideos y bungalows en mejor o peor estado (el nuestro venia con gato y aguila cojo incorporado).

Jane, tratando de bajar
 por la liana
En resumen, una semana de vacaciones en toda regla, ideal para descansar despues de dias de mucho ajetreo y de noches en trenes, buses y aeropuertos. Ahora nos sentimos con las pilas recargadas, con fuerzas, energia y ganas de afrontar la siguiente etapa de nuestro viaje: el retorno.

PiA




lunes, 29 de noviembre de 2010

Arroz entre la niebla


  Flo Hmongs en el mercado

Cuando viajas, no solo aprendes y te enriqueces, sino que tambien pasas el dia cuestionandote y replanteandote tu vision de las cosas, crece tu curiosidad y te das cuenta de lo ignarente que eres en muchos aspectos. Esto fue lo que nos paso al visitar las montanyas del norte de Vietnam y conocer las diferentes minorias etnicas que alli habitan, ajenas al devenir del pais al que politicamente pertenecen.


Black Hmongs tinyiendo sus ropas

Al llegar a Sapa (pequenya localidad, campamento base de los turistas para explorar la region), nos dio la bienvenida el invierno en todo su esplendor: niebla, lluvia, humedad, barro y una temperetura media de 10 grados. Tuvimos que acudir corriendo a comprarnos unos abrigos de imitacion "made in Vietnam". La segunda bienvenida fue mucho mas calida. Nos la dio el crisol de etnias que poblaban las calles de Sapa convirtiendolas en un desfile de carnaval multicolor. Las diferencias entre las distintas tribus eran, a veces evidentes, a veces mas sutiles. Poco a poco, al acstumbrarnos a ellas, aprendimos a distinguirlas entre si: las prendas de vestir, los sombrers y tocados, los peinados, los tintes de las telas, los colores, los joyas, el calzado y todos sus variados atuendos y ornamentos.






La niebla da tregua
En los ultimos anyos, su vida se ha visto alterada por la influencia del turismo (no queremos extraer conclusiones sobre las consecuencias de esta influencia), y ahora es posible conversar en ingles basico con muchas de ellas. Las mujeres bajan de las altas aldeas al mercado para vender sus artesanias y a ofrecerse como guias para ganar dinero. Gracias a eso conocimos a Manmae, una mujer de 40 anyos perteneciente a la etnia Dzao. Contratamos sus servicios como guia y pasamos el resto del dia con y tras ella.

Sendero o rio?

Empezamos a adentrarnos en las montanyas, entre bruma y nubes bajas, cruzando arrozales embarrados y senderos resbaladizos y empinados. Manmae iba aun ritmo agil, se notaba que se movia en su terreno (en realidad hace este largo camino cada dia). En cambio, nosotros teniamos que hacer equilibrismos para no caernos de culo en el barro o barranco abajo. Pasamos por pequenyas aldeas mientras ella nos iba explicando las tradiciones y diferencias entre ellas. Atravesamos largos y extensos valles de terrazas de arrozales, subimos, bajamos, bajamos, subimos... hasta llegar a su pequenya aldea y con ello. a su casa de madera. Despues de un humedo recorrido entre la niebla, lo primero (y unico) que hicimos al llegar fue sentarnos alrededor de la hoguera, la parte central y principal de la casa. 
Mientras ella y sus hijas preparaban la comida continuamos aprendiendo sobre sus (curiosas para nosotros) constumbres y culturas. 
 Hospitalidad "made in Vietnam "
Nos explico que las diferentes etnias poodian relacionarse pero no casarse entre ellas; las mujeres cuidan de la casa y realizan labores mientras los hombres trabajan fuera de casa; mujeres y hombres duermen separados aunque esten casados; las madres eligen la mujer de su hijo para llevarla a casa, las hijas deberan marcharse a la casa del correspondiente marido; veneran al cerdo, lo cuidan y alimentan con mimo (a la vez que preparaban nuestra comida preparaban la sopa para el cerdo). Su alimentacion es basica, y su casa mas todavia: suelo de barro, techo de madera, sin agua corriente ni cuarto de aseo ni ducha, sin sillas ni decoracion alguna.
Una vez mas no ns deja de sorprender la precariedad y la humildad con la que vive mucha gente.
Las Dzao comentando la jugada

Para regresar, como anochece pronto, optamos por coger un mototaxi que nos baje a Sapa: de nuevo lluvia, curvas, niebla, frio, oscuridad. Dos motos chatarras y un pinchazo. Una vuleta mas larga y entretenida de lo previsto, una aventura, una anecdota mas para contar y un dia completo para recordar y destacar en nuestros ultimos dias en Vietnam.

PiA

viernes, 26 de noviembre de 2010

La isla de las tentaciones

Mas feliz que un regaliz
En la bahia de Halong miles de islotes de miles de formas y tamanyos surgen del agua ofreciendo un espectaculo de belleza suprema. Es dificil permanecer impasible mientras, surcando las tranquilas aguas de color verde turquesa y virgenes playas, te ves rodeado por un bosque de piedra. El dia es nublado y la sensacion de estar en otro mundo se acentua, todo se convierte en irreal. Por momentos parece que los pesados islotes de roca caliza flotaran sobre el mar como caparazones de tortugas milenarias... Pero la magia no dura eternamente y alli se rompio cuando el chico de una pareja de vietnamitas recien casados, que tambien venian en el barco, se puso a vomitar.

Ballenas de piedra
Desde que planeamos conocer Vietnam, Halong aparecia como visita obligada, por eso contratamos un dia de crucero recorriendo este turistico y maravilloso enclave. El invierno en el norte de Vietnam es fresco y nos recibe en la cubierta del barco. A pesar del frio no renunciamos a una excursion en kayac para tratar de encontrar unas cuevas que supuestamente hay por la zona. Lo unico que encontramos es un puente de roca que atravesamos y nos conduce al interior de una laguna. Dentro solo se oyen los pajaros y unos cuantos monos que chillan y arman alboroto.

Pablo haciendo amigos  III

De regreso al barco nos damos cuenta que falta uno de los kayacs por volver: de nuevo la pareja de vietnamitas! El barco zarpa en su busca hasta que los encontramos tan felices remando en circulos sobre si mismos.
Tras la comida a bordo viene el tiempo para bucear, pero nadie se siente con ganas de enfrentarse al frio y vamos directamente a visitar una enorme cueva con capacidad en su interior para albergar una catedral. Lo mejor son las vistas que proporciona desde un mirador: la tipica imagen de postal sobre la bahia.
Antes de regresar a tierra, aun hay tiempo para conocer la vida de los granjeros de mar: peces y ostras son cultivados en numerosas piscifactorias que son autenticos campamentos flotantes. Alli viven sobre bidones y maderas, y alli tienen su vida. Tiestos con plantas, perros, guitarras, canarios, gallinas...
Escribe cuando llegues!
La vuelta a la isla de campamento base, durante la puesta de sol es de luna de miel, pero los vietnamitas recien casados caen rendidos y se la pierden mientras duermen.
No podemos abandonar este paraiso de roca sin explorar su vertiente mas vertical, y la manyana siguiente la dedicamos a desempolvar los brazos y enfilarnos por las vias de escalda.
Nos vamos con prisa a coger un tren (directos a las montanyas del norte), pero con la sensacion de haber podido permanecer en esta isla mucho mas tiempo.

PiA

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Tres ciudades con alma

Escena de pelicula, Hoi An
Despues de recorrer la costa bajo las lluvias de los ultimos dias, llegamos a Hoi An, ciudad Patrimonio de la Humanidad. No llueve, pero las consecuencias de las lluvias se notan: en algunas calles y casas tan solo queda el barro; en otras aun hay agua; en las mas cercanas al rio las barcas recorren las calles donde antes lo hacian las bicis y motos. Pero estan acostumbrados porque Hoi An es la Venezia de Vietnam. Cada anyo el rio se desborda y trasladan el contenido de las casas y tiendas al piso de arriba, las calles desaparecen y han de esperar unos dias para que todo vuelva a su sitio. Pero la vida no se detiene. Dentro de lo malo, esto les proporciona fotogenicas manchas de humedad. Las paredes desconchadas contrastando con las antiguas casas chinas de madera de teca se convierten en el tema mas fotografiado, un escenario perfecto para una pelicula. De hecho, caminando por esta ciudad entre los cientos de turistas, uno tiene la sensacion de recorrer un decorado y que los pocos vietnamitas son actores de reparto. Afortunadamente, al entrar en uno de los intimos edificios de madera y olvidarse del exterior, se afronta la realidad: Hoi An es tan real como los inmigrantes chinos que la levantaron hace anyos, y si permanece casi inalterada desde hace siglos es porque se libro de los saqueos de la presencia francesa y los efectos de los bombas estadounidenses durante la guerra.

 A pesar de  las grandes inundaciones
se mantiene en pie este puente de 1590
Esta ciudad, tambien es conocida por la gran cantidad de sastrerias que tiene. Ropa, cazadoras, botas de cuero, zapatillas... Casi cualquier prenda es elaborada al gusto del consumidor en menos de 24 horas. Tan solo has de mostrar una fotografia con el disenyo elegido, tomar tus medidas y negociar el precio. Un precio que para un occidental es casi de risa. Se necesitara con toda seguridad una maleta mas para poder meter todad las compras. Pero eso no es un problema... tambien las fabrican. Son los reyes de la imitacion, y nosotros caimos en la tentacion!!
 
 Miles de inciensos secandose
 al sol sobre el asfalto
A 4 h de Hoi An se encuentra Hue: ciudad elegante, tranquila y senyorial, ideal para imaginar el Vietnam precomunista. Esta ciudad fue elegida durante 200 anyos por una dinastia de emperadores como capital, en detrimento de Hanoi. El legado de la epoca imperial asombra al visitante: tumbas faraonicas que mas bien parecen palacios, circos para celebrar luchas de animales, ciudadelas amuralladas, pagodas...
Pero lo mas increible de Hue es la paz que se respira, el ritmo pausado de las provincias. Aqui se pueden ver  chavales jugando en el parque y calles sin coches, cibercafes sin caras accidentales y restaurantes en la orilla del rio Perfume rebosando de clientes locales. Eso es algo dificil de apreciar en el Vietnam mas turistico, por eso, para visitar la ciudad usamos la bici y el cyclo, para mezclarnos con su rutina sin perturbar su ritmo. Nos perdimos por senderos y caminos hasta el punto que un fuerte aroma nos atrajo hasta un abanico de colores: llegamos al pueblo donde elaboran los inciensos con los quales hacen las ofrendas, utilizan y queman millones cada dia. Tambien se fabrican aqui los famosos sombreros tradicionales, cuyo carisma nunca se pierde por mucho que lo veas.

Pabellon de lectura del emperador, Hue
 La siguiente parada es la capital. Esta a 12 h. Usamos un bus nocturno para aprovechar el tiempo. Lo bueno es que llegamos a nuestro destino a las 6 de la manyana, con todo el dia por delante para aprovechar. Lo malo es que llegamos sin apenas haber dormido: el bus nocturno resulto ser una carraca que se movia mas que una montanya rusa, con las luces encendidas y el claxon sonando cada minuto.
Hanoi, la vieja gran dama de oriente, la capital. Posiblemente 2 dias sean insuficientes para conocerla a fondo, pero el tiempo se nos escapa de las manos y hemos de amoldarnos. Fueron 2 dias de caminar, andar, pasear, rondar y trotar. Grandes avenidas y estrechas callejuelas, muchas callejuelas! Restaurantes vanguardistas y puestos de sopa callejeros.

Bienvenidos a la capital de Vietnam!
Resulta muy curioso, para los ojos no-rasgados, el barrio antiguo, donde las calles llevan el nombre del oficio que se practica. Existe la calle de las mercerias, de los herreros, de las lapidas de tumbas,de las alfombras de bambu y de los juguetes. Para comprar algo debes ir a la calle adecuada y encuentras todo y mas. Practico, no?  
Con casi la mitad de habitantes que Saigon, la actividad es incesante. Las bocinas de las motos nunca cesan, y los habitantes se mueven a un ritmo frenetico. Es lo mas parecido a un hormiguero: transito en todos los sentidos, escasas senyales de trafico, ruedos de gente sentada en el suelo cominedo sopas de fideos en cada esquina, pollos, patos, bicis con la casa a cuestas, sombreros conicos de los campesinos, mercados ambulantes, casas a punto de derrumbarse... Parecia mentira que una ciudad asi fuera capital hasta que vimos la primera ambulancia de todo el viaje.
Una capital con mucho para avanzar pero que cautiva al visitante: tan seria y a la vez tan caotica como solo puede ser una ciudad vietnamita.

PiA


sábado, 20 de noviembre de 2010

Vietnam central: mar, playas y... sol?

Contando ovejitas
 en el sleeping bus
Hace unos dias que vamos subiendo por la costa hacia el norte. Nuestro objetivo es llegar a alcanzar la montanyosa y remota zona septentrional, limitrofe con China. Una zona aislada donde conviven muchas de las minorias etnicas de Vietnam.
A diferencia del resto de paises, aqui las distancias son muy largas y necesitas tiempo y paciencia para hacer kilometros. Mucha paciencia... Ademas ahora ya disponemos de poco tiempo (nos queda menos de un mes, y el 1 de diciembre tenemos un vuelo desde Hanoi hasta el sud de Tailandia para finalizar nuestro viaje). Estamos haciendo cientos de kilometros bordeando las costa, pero Vietnam es un pais preparado para el turismo y tiene muchas alternativas para poder aprovechar el tiempo al maximo. Por ahora, hemos elegido la opcion del "sleeping bus": un bus que viaja de noche con tres hileras de literas reclinables mas o menos confortables para gente que no padezca de insomnio ni dolores articulares. No es ni mucho menos lo mas comodo pero si lo mas barato y practico para llegar la manyana siguiente al destino deseado.
Entre nuestras paradas costeras destacan Mui Ne y Nha Trang: tipicos destinos turisticos de sol, playa y chiringuitos.
Mui Ne es la meca del windsurf y el kitsurf ya que dispone de largas playas donde suele soplar el viento.
Batallon de pesqueros y peces
 tomando el sol, Mui Ne


El Coronel Tapioca
deslizandose por las dunas
El viento es un factor clave en el paisaje de esta ciudad. La erosion roba la arena de la playa y la reune formando una gigantescas y fotogenicas dunas de arena roja por lo que Mui Ne se convierte en una parada imprescindible en todo recorrido vietnamita que se precie. Ademas, el puerto de la bahia tiene miles de barcos pesqueros de colores que regalan una preciosa fotografia. de hecho, si alguien tiene a mano la guia Lonely Planet de Vietnam, podra ver el paisaje del que os hablamos en la portada. Cuando los pesqueros salen a faenar por la noche, ofrecen un espectaculo de luces increible. Parece un aeropuerto en plena ebullicion: luces verdes, y rojas se contestan unas o otras parpadeando en la bahia y no creemos que exista suficiente numero de peces para tantas redes. Lo cierto es que capturan mucho pescadito porque uno de los motores economicos de la ciudad (a parte del turismo), es la fabricacion de la "aqui" apreciada salsa de pescado fermentado, y eso, es algo que se huele a mucha distancia. 
Primera linea de playa
para disfrutar de la tormenta
Por otra parte, Nha Trang es la meca del submarinismo y el turismo de crucero en barco con barra libre recorriendo islas. Nos quedamos sin ver sus famosos corales porque la lluvia no dio tregua en todo el dia (algo muy comun en la zona central de Vietnam en esta epoca). Por eso, en vez de recorrer el tipico Nha Trang que promocionan los operadores turisticos locales, nos contentamos con un circuito alternativo y cultureta por la ciudad, visitando unos templos y empapandonos del ritmo de vida provinciano. Ademas, la bruma y la lluvia convertian en fantasmagoricas las sombras de las islas dibujadas en el horizonte y la sensacion de una ducha caliente y una sopa nos invadio a los dos por igual. Imagenes grises e invernales que son una novedad en nuestro viaje.

PiA




martes, 16 de noviembre de 2010

Saigon mola mogollon

Pasado y presente
Viajar es una forma estupenda de aprender. De pronto te sorprendes buscando informacion en la guia de viajes sobre aquello que nunca querias oir en la clase de geografia. Ojo, no estamos defendiendo las clases de geografia, estamos defendiendo viajar, porque hay cosas que no se deben explicar, se deben ver para aprender.
Si durante la travesia por Camboya aprendimos quienes fueron los jemeres rojos y su influencia en la historia y situacion actual del pais, en Vietnam, lo que late son los coletazos de la guerra civil y la participacion de EEUU. Es imposible entender el Vietnam de hoy sin conocer el de ayer.
Cuando Vietnam del Norte se hizo con el poder del sur, lo primero que hizo fue cambiar el nombre de la capital del sur, Saigon, para borrar cualquier atisbo de capitalismo. La ciudad mas grande del pais, mas de 7 millones, paso a llamarse Ciudad Ho Chi Minh, nombre del lider y fundador del partido comunista y venerado hoy en dia como a un semidios. Igualmente, el nombre de Saigon vive en el corazon de muchos vietnamitas y su magia se conserva intacta.

Tranquilas, madres, esta controlado...
Saigon es, la ciudad vietnamita por excelencia. Donde el caos y lo cotidiano conviven en un desequilibrio tan estable, que es facil acostumbrarse y sentirse como en casa. Decir Saigon es decir contrastes. Los venderores ambulantes ataviados con el sombrero conico tradicional y los conductores de cyclos (especie de triciclo usado como transporte) se mezclan en el intenso trafico sin alterar su ritmo.

Taxi!

Una ciudad donde hay mas motos que personas, que sin una moto no haces nada, o incluso sin una moto no eres nadie (segun nos conto un guia, quien no tiene moto no tiene novia). Las calles repletas de motos en todas direcciones y sentidos, y el pitido constante del claxon, puede que sea lo que mas te sorprenda y/o alterae al llegar a Saigon, pero sin darte cuenta, enseguida aprendes a cruzar las calles con lentitud para poder ser esquivado por dichos vehiculos. 

No es un circo, es un templo chino
Ver pasar las motos a tu alrededor (independientemente del estado atmosferico), tapadas con ponchos, cargadas con mas de tres pasajeros, con diez cajas de huevos o veinte sacos de patatas y remolatchas se convierte en una imagen tipica y repetitiva en esta gran ciudad.
Los contrastes tambien se trasladan al plano mas vertical. Los rascacielos modernos de fachadas deslumbrantes se erigen entre un mar de casas de techos de uralita, edificios coloniales o simplemente chabolas. El Saigon moderno se reinventa a si mismo sin perder la personalidad que la convirtio en la perla de Vietnam.

Silencio, empieza la ceremonia caodista
Saigon se mueve y crece gracias al comercio,  al que se dedican la mayoria de sus habitantes. Aqui todo el mundo tiene algo para vender o algo para comprar, con qualquier cosa montan una tiendecilla y se pasan el dia en los mercados, haciendo numeros y deshaciendo paquetes.
Como buena ciudad comercial, ha recibido mucha influencia del exterior hasta modelar un tapiz multicolor. Esto se aprecia sobre todo en el ambito religioso, donde conviven 6 tipos de religiones: budismo, catolicismo, islamismo, taoismo, confucionismo y caodismo (una mezcla de todas). Cada religion con su propio templo, y cada templo con sus fieles.
Nos despedimos de una ciudad con mayusculas a la que no nos importaria regresar.

PiA

viernes, 12 de noviembre de 2010

Donde muere la Madre de todos los rios

Traficando cocos en el mercado flotante
Se denomina delta al territorio triangular formado en la desembocadura de un rio mediante sedimentos que se depositan a medida que la corriente del rio va desaparciendo. Hay muchos deltas famosos: el del Nilo, del Amazonas, del Misisipi, o del Ganges. El delta del rio Mekong es mas que un delta famoso.
El octavo rio mas largo del mundo, tras nacer en la meseta tibetana y recorrer 6 paises, tras alimentar a unos cien millones de personas cada dia con 1.300.000 toneladas de pescado anuales y regar los campos de arroz de los principales productores mundiales, muere en el sur de Vietnam, en las aguas del mar de Indochina, formando un delta de proporciones gigantescas en todos los sentidos. El Mekong muere, pero lejos de enflaquecer, revienta de generosidad en mil brazos, regalando sustento a todos sus habitantes.
Increible, pero aguantan tifones
Viajando por esta zona, uno pasa horas pensando en el modo en que el agua ha transformado la forma de vida del hombre, o, quizas, como el hombre ha cambiado su forma de vida para adaptarse a un medio que deberia ser territorio para peces, anfibios y aves acuaticas. Aqui, todo flota. Las casas olvidan los cimientos para elevarse sobre pilones de madera de cocoteros, los pueblos tienen canales en lugar de calles y los mercados se mecen al ritmo de los remos de las vendedoras. El trafico lo dirige la Luna, con su influencia sobre las mareas, permitiendo la navegacion o dejando aisladas por una horas a las zonas donde la profundidad del agua no permite llegar. Aqui, uno nunca sabe si lo que ve son canales entre la tierra o islas entre el rio. Aqui todo se confunde, se diluye.

Paseito romantico por los manglares

Los sedimentos fertilizan una tierra que se inunda constantemente cuando los monzones desbordan el rio, permitiendo hasta 3 cosechas anuales de arroz y una facilidad pasmosa para cultivar jugosas y exoticas frutas de todas las formas y colores.
Hemos estado unos dias atravesando puentes y navegando por canales, visitando mercados flotantes que aun laten al ritmo pausado de antanyo mezclado con el ruido de los motores modernos, caminando por islas donde la comida cuelga de las ramas al alcance de la mano en una abundancia insultante, visitando fabricas artesanales de fideos de arroz, de dulces de coco, de miel y licor de platano de propiedades fortificantes.
Tras viajar juntos a traves de cuatro paises, navegando sobre el, alimentandonos de el, llega la hora de despedirnos. Nostros seguimos nuestro camino, pero nunca olvidaremos la generosidad de la madre de todos los rios.

PiA

martes, 9 de noviembre de 2010

Let's go fishing!

Donde empezo todo
En un lugar de una isla, de cuyo nombre no nos acordamos, conocimos hace unos dias (hace cuantos, poco importa) una humilde familia de pescadores vietnamitas. Pero sera mejor remontarse al inicio para que todo tenga un sentido...
Pablo suma amigos
Durante nuestra estancia en Phu Quoc, queremos destacar una bonita experiencia; todo empezo regresando de nuestra rutaen moto, cuando paramos para hacer una foto de unos pequenyos botes pesqueros... De repente, un grupo de lugarenyos que estaban sentados en el suelo nos empezaron a gritar y hacer gestos y senyas para que nos acercaramos y unieramos al ruedo. Encantados de recibir tal honor, aceptamos y nos sentamos junto a ellos. Acabamos brindando con chupitos de licor de arroz, comiendo frutos estranyos y una especie de pescado seco en salazon, aprendiendo palabras basicas en vietnamita, cantando canciones locales al ritmo de las palmas (lo del amor de esta gente por la musica da para hacer un post), riendonos juntos y haciendonos fotos unos a otros. Que hombrecillos mas cachondos, y que surrealista la imagen. Fue muy divertido, tenemos unos videos del momento que valen millones!!
Cuando se estaba haciendo de noche, nos dijeron (o eso entendimos - no hablaban nada de ingles) que seria mejor que nos marcharamos antes de que se fuera la luz, pero antes, uno de ellos, a traves de su hija de 14 anyos que chapurreaba algo de ingles, nos invito a ir a pescar en su barco el dia siguiente.
Adivina que hay para comer?
La manyana siguiente regresamos al lugar del encuentro tal como habiamos acordado la noche anterior, y ante nuestras dudas, alli estaban ansiosos esperandonos. Alli, sobre las 12 h salimos con una de las barquitas, pero no con el senyor que nos invito, sino que con dos de sus hijos y su simpatica hija que chapurreaba algo de ingles (menos mal!).
A pocos metros de la costa pararon el motor y nos dieron un rodete de hilo a cada uno, con un hanzuelo y un trozo de calamar como cebo; no pasaron ni 30 segundos cuando notamos un tironcillo, desde este momento no paramos de sacar pececillos  de color y tamanyo variado. No nos podiamos creer lo facil que era, y la cantidad de peces que habia!(seguimos pensando que fue la suerte del principiante), fuera lo que fuere, al cabo de no mas de una hora, regresamos a la orilla con una cestita llena de pescado variopinto y caras de satisfaccion y felicidad.
La jornada acabo de completarse cuando acabamos sentados de nuevo en el suelo en un ruedo:  la familia completa, un hornillo de barro encendido con brasas, una parrilla, 5 platos, 5 pares de palillos chinos y el pescado a punto para asar. Disfrutamos de una suculenta y sabrosa barbacoa, ensuciandonos las manos ( lo de abrir el  pescado con palillos no era de lo mas facil), brindando con cerveza a cada sorbo y evitando comernos las cabezas y las raspas como hacian ellos. Se lo comian entero!!!
No dabamos credito a tanta amabilidad, (y pensar que pocos kilometros mas alla los turistas pagan un tour organizado para salir a pescar), no sabiamos como agradecerselo ni que darles a cambio, solo aceptaron que les invitaramos a las cervezas y a unas galletitas de postre.
La familia unida
Aun asi, dos dias despues volvimos a visitarles para regalarles las fotos imprimidas de tan genial dia. Como era de esperar, estuvieron encantados y de nuevo nos volvian a invitar a pasar a su casa, esta vez ya no  pudimos aceptar, teniamos un compromiso con el centro de nuceo. Que lastima! Pero antes de marchar, nos ofrecieron su casa para siempre que quisieramos volver a Vietnam.
Una vez mas, ese viaje nos ensenya que la gente, cuanto mas humilde y menos tiene, mas ofrece y mas te da.

PiA












domingo, 7 de noviembre de 2010

Phu Quoc island

Idilico momento, pero la nube de detras
 es la tormenta de despues
Hace una semana que no actualizamos el blog, una semana de relax o una semana ajetreada segun se mire.
Hemos pasado nuestros primeros siete dias de Vietnam en la isla de Phu Quoc, de la que dicen que es la isla mas bella de Vietnam. La mas bella o no, lo cierto es que la presencia humana no ha conseguido robar el encanto a este trozo de tierra repleto de jungla y rodeado de largas playas de arena blanca donde los cocoteros se inclinan para mirar los peces de colores y los corales tropicales. Suena bien, no?
Un lugar de pescadores, con puertos pintorescos llenos de barcos pequeros. La impresion general es que hay mas pescadores que peces, y mas barcos que pescadores y personas.
No, no es la especie
de mono local.
Y sobretodo, sobretodo una isla con gente amabilisima, humilde, generosa y amable.
Estuvimos alojados en un bonito bungalow, con terraza privada en medio de un floreado jardin a 100 m de la playa, muy tranquilos y a gusto por el modico precio de 8 dolares. Estando alli, deseabamos que se parara el tiempo...
Durante dos dias recorrimos la isla y sus deliciosas playas en motocicleta (para variar), comiendo pescado en la arena con las olas acariciandonos los pies, sumando puestas de soles, e integrandonos con los lugarenyos. 
Vuelta a casa tras mucho
trabajo bajo el agua
El resto de dias los pasamos litaralmente bajo el agua, Auba haciendo el primer curso de buceo y descubriendo un nuevo mundo bajo el mar, y Pablo perfeccionando su tecnica con un curso avanzado. La cosa consistia: en 4 manyanas en barco bordeando la costa norte, ejercicios de aprendizaje en las aguas del oceano indico con corales y anemonas, una buena comilona tipica vietnamita, vuelta a tierra firme tomando el sol en la cubierta y 4 tardes de videos, teoria y examen para finalizar. Todo por la mitad de precio y de tiempo de lo que costaria en Espanya. 

Momentos antes de
la primera inmersion

Ahora ya continuamos nuestra ruta hacia el delta del Mekong (sur de Vietnam) con menos dinero en la cuenta pero con dos titulos mas en el bolsillo. Ademas de una fantastica experiencia en aguas vietnamitas.

PiA
                   

                                                                                                                                                  












 





domingo, 31 de octubre de 2010

Bokor: seguimos en Camboya?

Todo el ganado a punto para la gran aventura.
Nuestra ultima escala en Camboya la hacemos en Kampot, una pequenya ciudad riberenya donde aprender a vivir al estilo camboyano: sin grandes preocupaciones. Es un lugar excepcional para visitar los preciosos alrederores que sorprenden no solo por su belleza, sino tambien por su cercania. Dedicamos un dia bien completito a hacerlo, contratando una excursion organizada de esas que te permiten ver muchas cosas en poco tiempo pero moviendote con mas guiris y sin margen para la improvisacion (oh, imprevistos, benditos y malditos por igual!).
Prontito por la manyana, nos levantamos y nos recogen, uno por uno, a todos los guiris en nuestros respectivos alojamientos hasta formar un variopinto grupo de 2 espanyoles, 4 ingleses, 2 americanos y 2 holandeses (si, parece un chiste). Todo ello, mas un guia local: un joven modernito camboyano muy simpatico pero que hablaba su buen ingles entre susurros, lo que provocaba que no entendieramos nada, por eso nos limitabamos a sonreir y afirmar con la cabeza cuando hacia una pausa.
El escenario perfecto para una pelicula de miedo
Donde esta mowgli??
Fueron 15 minutos en furgoneta hasta la entrada al Parque Natural de Bokor y otros 20 minutos en camion (al estilo camboyano), hasta llegar al inicio de la excursion a pie: nos adentramos 1,5 horas por la jungla. Subimos por caminitos esquivando ramas caidas y lianas. El viento movia los troncos haciendolos chirriar. La verdad es que, en ese momento, esperabamos que apareciera el bigfoot o cualquier otro monstruo local. El frio aumentaba y agotamos toda la ropa que podiamos ponernos.
Al final llegamos a la Estacion de Montanya: un complejo de edificios semiderruidos, herencia de la epoca de dominio frances. Los edificios coloniales fueron construidos con la idea de hacer una estacion turistica. Un hotel-casino, una iglesia, una oficina postal... No llegaron a utilizarse durante mucho tiempo, ya que la presencia francesa en camboya acabo y los edificios se abandonaron a su suerte. Mas tarde, durante la invasion vietnamita que puso fin al regimen de los jemeres rojos, la estacion resurgio para convertirse en escenario de intensas batallas, para volver a olvidarse despues.
Pablo haciendo amigos II
Hoy, lo que queda es el esqueleto de la estacion, donde vidrios hace tiempo que reventaron y los agujeros de bala alicatan las paredes. Recorrer los edificios con el viento silbando entre los huecos de las puertas y ventanas te hiela la sangre.
Para rematar el dia, hicimos un crucerito de un par de horas por el rio, para ver la puesta de sol. El paisaje era inesperadamente precioso, navegando entre un ancho canal bordeado por manglares, algun templo dorado y edificios coloniales que surgian del verde como fantasmas de otra epoca.
Asi acabamos nuestra estancia en Kampot, un parentesis al bullicio que se vive en las principales ciudades de Camboya que nos deja un fantastico sabor de boca.

PiA

sábado, 30 de octubre de 2010

Cuando calienta el sol....

Feliz de tocar agua salada

Me tiro o no me tiro...

Que no falte de ná!
Tras días de campos, bosques, montanyas, navegando por ríos y visitando pueblos, pateando ciudades, hemos llegado a la costa.
Cuando hemos visto el mar, nos hemos emocionado como dos chavales que vislumbran la inmensidad del océano por vez primera. Pronto hemos corrido al primer hostal que hemos visto y nos hemos quedado en el primer bungalow que nos han mostrado, sin regatear. Normalmente nos gusta comparar 2 o 3 sitios. La verdad es que 8 dólares por una cabanya de madera en la mismísima arena de la playa, tampoco está nada mal. Sin deshacer las mochilas ya teníamos a una vendedoras de fruta encima a las que compramos una pinya y 2 mangos que nos prepararon al momento: la fruta más dulce y jugosa jamás probada (ahora sabemos por qué Eva se equivocó al morder la manzana: broma de Pablo). Pero como la felicidad no dura eternamente, los truenos nos anunciaron la llegada de la tormenta, que no se hizo mucho de rogar. Pero en nuestro estado, cercano al nirvana, nos importó muy poco. Incluso, nos encantó disfrutar de la tormenta sobre el mar desde el porche de nuestro bungalow mientras nos acordábamos de las muchas tormentas que nos han cazado en medio de la carretera, subidos a la bici o la moto. En medio de la tormenta, no reprimimos el impulso de banyarnos, y pronto saltamos hacia el agua para disfrutar del contraste de la lluvia con las cálidas aguas Camboyanas. Luego una ducha con agua sospechosamente verde (no todo puede ser perfecto).

sdf,md.bgf


Ese día, la atmósfera estaba muy inquieta, y mientras cenábamos y desafiábamos a la gente del hostal con unas partidas de billar, los relámpagos no paraban de iluminarnos como si fueran fuegos artificiales. Mas tarde,  desde la cama, escuchábamos las olas romper a escasos metros de nosotros… hasta que llovió de nuevo, para amanecer un día perfecto.


Momento de inspiracion
En total estuvimos 2 días (aún tenemos mucho por conocer y no queremos dormirnos). Días para pasear, recoger corales y tesoros, banyarnos, hacernos masajes (1 hora por algo menos de 4 euros), espiar a los peces, tomar el sol (pasatiempo preferido de Auba), volver a pasear, esquivar a las venderas de fruta y pulseras, explorar islas vírgenes, contemplar puestas de sol, navegar en barquitas de madera con menos estabilidad que una cáscara de nuez, llenar el estómago con parrilladas de marisco, pescadito, y muuucha arena blanca, aguas azules con cocos flotando recien caídos, calor y sal. Todos los lujos , pero sin lujos.

PiA

martes, 26 de octubre de 2010

Un barco, un tren y un funeral

 Crucero con solarium incluído
Desde Siemp Reap (ya un poco saturados de templos), nos destinamos a Battambang, una ciudad al otro lado del Tonlé Sap: el mayor lago del sudeste asiático. Podíamos haber rodeado el lago por carretra, pero preferimos surcarlo a bordo de un pequenyo bote. Hicimos un atravesía fluvial espectacular recorriendo estrechos y salvajes canales, rozando árboles y manglares (hasta el punto que tuvimos que cerrar las cortinas para no comernos las ramas), atravesando pantanos y observando aves protegidas. También tuvimos la oportunidad de pasear (y navegar) entre pintorescos y ponitos pueblos flotantes: Autémticas ciudades con escuelas, templos y mercados erigidos sobre bases de canyas de bambú. El crucxero duró 7 horas. Disfrutamos del paisaje y gozamos al navegar durante las 5 primeras horas, pero el final se nos hazo algo largo debido al intenso calor y los duros asientos de madera,  que te dejaban el trasero bastante dolorido.

Pueblo flotante con servicio 
de camisetas a domicilio

Al día siguiente, en Battambang, alquilamos unas bicis y fuimos a montar en el famoso tren de bambú: un trenecillo peculiar que consiste em una pequenya vagoneta de madera y bambú que sescansa sobre 2 ejes de acero con ruedas, todo ello para transportar lugarenyos, cosechas y mercancías a la ciudad desde los pueblos vecinos. Todo ello está propulsado poe un motorcillo de gasolina conducido por un lugarenyo.
Hicimos un recorrido de una hora por raíles desalineados y combados, cruzando puentes que producían vertigo y esquivando vacas remolonas. Una hora de chirridos y ajetreo a una velocidad suficiente como para empezar a temblar.
El único problema viene cuando te encuentras de frente con otro tren. Entonces, uno de los dos ha de parar, bajar y desmontarlo todo para ceder el paso.

Sí, este es el tren

Tras la gran atracción del tren, seguimos nuestra ruta hasta que una música nos atrae como ratones que acuden al canto del flautista de Hamelin. Era una música fuerte, estridente y ensorcedera. Cuando por fin encontramos de donde provenía... maldita sea!, estábamos atrapados en medio de un funeral!!

Surrealista, la imagen: allí sentados con un ofrenda en la mano (compuesta de incienso, dinero, caramelo y flor), rodeados de lugarenyos rezando y sonriéndonos, encantados de tenernos en su ceremónia. Incluso nos hicieron posar ante el ataúd, con la foto del difunto incluída, para inmortalizar el momento (otras cosas son imposibles de inmortalizar...). No sabíamos si sonreir estar serios. La realidad es que ellos en vez de llorar también reían. Nos tuvieron allí como 2 horas con mil pensamientos en nuestras cabezas. Incluso llegamos a pensar que lo iban a quemar ahí mismo. Por fin llegó el momento de trasladar el ataúd con un carrusel hasta el cercano templo. De esto, tampoco nos libramos, nos tenían atrapados entre sus rituales, y nosotros no sabíamos como escaparnos de tal situación. Así que, como un aprocesión, seguimos al difunto por la carretera proncipal (a pleno sol), hasta la pagoda donde finalmente, a traves de una chimenea, apreciamos el humo de la incineración.
Allí, nos dimos al fuga y volvimos donde habíamos empezado, a recoger nuestras bicis, donde, por los pelos, nos vuelven a pillar para invitarnos a comer y sentarnos de nuevo al ruedo.

Con excusas y sonrisas declinamos la invitación, nos libramos del momento y conseguimos (tras 3 horas), continuar nuestro camino y regresar a la ciudad.
Eso sí que fue una atracción, un espectáculo no turístico inesperado. Una gran vivencia de la cual, por respeto, no hicimos fotos, pero estamos seguros de que se nos quedará bien gravado en el recuerdo.

PiA